jueves, 15 de junio de 2017

MÁS ALLÁ; una visita desde la visión de Andrés-R. Traistaru



Os dejo una reseña de una actividad que teníamos pendiente. Se trata de la visita a la Facultad de Veterinaria por los alumnos de 1º Bachillerato de CienciAS de la salud, y me encanta porque está narrada y contada en 1ª persona por uno de los chicos que asistieron a la misma, así que os dejo con ella. MUUUUCHAS GRACIAS ANDRÉS!!!

El grupo al completo antes de empezar la visita
MÁS ALLÁ       de Andrés-R. Traistaru



El pasado jueves 26 de enero, el grupo de primero de bachiller de ciencias fuimos a la Facultad de Veterinaria. Pintaba ser una excursión más en nuestro calendario pero creo que fue uno de esos días que te acaban sorprendiendo. Salimos del instituto a las 8:45 y sobre las 9:30 ya estábamos en el campus universitario. La facultad abría sus puertas y ese día ofreció visitas guiadas a varios centros educativos, nosotros entre ellos.



En el salón de actos el decano nos presentó un poco el campus, los grados que se estudian, el tipo de estudiante que frecuenta la facultad y muchos otros datos de gran relevancia. Al acabar su presentación me di cuenta de que estábamos en una de las cinco mejores universidades de veterinaria en toda España, y eso aumentaba el prestigio de la visita. Después del decano le siguieron los coordinadores de los dos grados que la facultad ofrece actualmente: Veterinaria y Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Ambos explicaron genial sus respectivos campos.


Dicho esto empezamos el tour por las grandes infraestructuras de la facultad. Empezamos por el museo de anatomía, museo a la antigua usanza, como un almacén muy organizado repleto de esqueletos de animales que se exponen en sus vitrinas.

Acto seguido nos fuimos a la sala de necropsias. En esta sala había dos columnas de mesas de hormigón cubiertas por azulejos blancos que parecían pupitres escolares. Del techo colgaban mangueras que supongo que utilizarían para limpiar los cadáveres que descuartizaban encima de las mesas.

Después nos dirigimos hacia el hospital veterinario de la facultad. Este estaba dividido en dos partes, la zona de animales grandes (caballos, cerdos, …) y la zona de animales pequeños (gatos, perros y demás). La visita al hospital me alivió y me alegró ver que se lucha por la salud de nuestros compañeros.











A continuación fuimos a la zona de experimentación animal. Esta zona constaba, simplemente, de unas casetas con bastante confort en las que se observaba a beagles y a ovejas. Estas casetas estaban provistas de una condiciones ideales para que los resultados fueran lo más exactos posibles.



Por último fuimos a la planta piloto, dominio y reino del grado de ciencia y tecnología de los alimentos. Era un edificio lleno de salas muy peculiares: sala de catar alimentos, laboratorios con todo tipo de artefactos y una gran sala llena de aparatos y maquinaria para envasar y preparar todo tipo de alimentos. Me sorprendí al ver todo el proceso que un simple alimento de supermercado tiene a sus espaldas.








Aunque no quiero ser veterinario, ni tampoco me interesa la rama científica de los alimentos, la excursión me encantó. Y no fue el simple hecho de perder clase o de visitar un sitio con unas grandes infraestructuras en las que no había estado antes. No fue lo que vi en esta salida, sino cómo lo vi. Lo que realmente me gustó de la excursión fue que esta me hizo ver que hay algo más allá, que hay vida más allá de lo que estamos acostumbrados a ver. Lo que de verdad me llenó fue el darme cuenta de que todos mis esfuerzos hasta ahora no han sido en vano, todo lo contrario, son el comienzo de mi futuro profesional, de mi sueño. 



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