jueves, 16 de abril de 2015

Taller de reptiles con 1º ESO

La pasada semana tuvo lugar un interesante taller de reptiles organizado por el Departamento de Ciencias Naturales  y del que nos manda una pequeña crónica Leyre García, muchas gracias por la organización y por la colaboración...
La autora de la crónica con algunos compañeros y uno de los ejemplares más espectaculares



El pasado jueves 9 de abril  las profesoras de Ciencias Naturales habían organizado para todos los primeros cursos de ESO un taller de reptiles en el centro que fue muy interesante.
Vino a enseñarnos los animales un señor, cuyo nombre no recuerdo, con un humor un tanto característico, y que, sinceramente, a mí me cayó muy bien.

Primero nos enseñó una tortuga de tierra “pequeña” sólo de edad porque de tamaño era grande; tenía 9 años y suele vivir cerca de 120 años. Me imaginé cómo sería de mayor y daba miedo; también trajo una tortuga de agua muy agresiva, un mordisco taladraba un papel grueso.
Vimos una serpiente, la falsa coral, que no era venenosa y que imitaba los colores de la serpiente coral que sí lo es.
Además de sapos enormes, una pequeña rana cuyo veneno es capaz de matar a 10 personas adultas, lagartos, camaleones cuya lengua es tan larga como su cuerpo,  y tarántulas, nos impresionó una enorme serpiente, una pitón albina, que media unos 4 metros y pesaba unos 40 Kg y que según contó su color amarillo y blanco se había obtenido por modificación genética ya que las pitones son verdes-marrones, para camuflarse mejor en la selva.

El señor iba pasando con los animales y pudimos tocarlos y hacerles muchas fotos, aunque obviamente la tarántula no le hizo gracia a nadie. 



Nos explicó que no era recomendable adoptar como mascotas este tipo de animales porque no hacían nada (la mayor parte del tiempo duermen) y nos acabarían aburriendo, con lo que terminaríamos soltándolos en un campo o un riachuelo que no era su hábitat natural y eso  supone alterar el equilibrio de los ecosistemas (como ha pasado con los siluros, por ejemplo). Quedó muy claro que no deseaba por nada del mundo que tuviéramos ganas de tener este tipo de animales en casa. Yo nunca los he tenido y viendo esa araña peluda sigo sin querer tenerlos.

                                                                                              Leyre García Zea (1º B)

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