lunes, 12 de marzo de 2018

Viaje a Madrid 2018 con 2º Bachillerato

Aquí va la crónica del viaje de Madrid por Lucía Gerona, sólo son mías las anotaciones en paréntesis, por eso de que hasta el culpable más cupable tiene derecho a una defensa justa, jijiji.
El grupo al completo, todavía frescos, antes de las marchas olímpicas que les hizo hacer el Tono ese...

MADRID 2018
El pasado jueves 8 de marzo los alumnos de segundo de bachillerato de historia del arte y de geografía fuimos a pasar dos días a Madrid en un viaje de estudios organizado por los profesores de ambas asignaturas, Cristina y Tono.
El primer día salimos prontito de casa para poder estar en la estación a las ocho y media, porque aunque el autobús salía a las nueve menos diez, teníamos que organizarnos. Una vez todos sentados en nuestros asientos partimos, y cuatro horas, mucho picoteo, tres o cuatro siestas, películas, musicote de 2013 y algún que otro ronquido de un señor muy grande sentado cerca nuestro, llegamos al hostal. 
(Digo yo que como no se va a dormir el buen hombre con Laura al lado dándole la brasa... jijiji)
Inscribir y repartir las tarjetas a todos los que éramos costó un rato, así que esperamos en la sala de espera, perturbando la tranquilidad de los pobres turistas que estaban en la sala común, que se note que somos de “ZárágóZÁ”. Cuando nos repartieron a cada uno nuestras tarjetas subimos corriendo a asearnos y a ver las habitaciones que nos habían tocado, y los que tenemos mamás precavidas que nos habían preparado bocadillos kilométricos bajamos a comérnoslos al comedor, los que no, se fueron al Burguer King.
Unos de los de Mamás precavidas en el saloncito supercuqui del hostal

Y aquí Bea, que no puede reprimir su espíritu juvenil

Un poquito de chapa y pintura y a la calle...

 Después de comer fuimos corriendo y adaptándonos a duras penas a las zancadas de ocho metros de Tono que lo hacían avanzar a unos 120 kilómetros por hora al metro, y nos apiñamos todos dentro irrumpiendo de nuevo la tranquilidad de los pobres que viajaban a esas horas, dejando claro otra vez que somos de “ZárágóZÁ”. Cuando dejamos el metro tuvimos que volver a realizar un esfuerzo parecido al de los cincuenta metros lisos de educación física para adaptarnos al paso de Tono, y en pocos minutos estábamos ya en el Palacio Real. Entramos y como la decoración interior es de un estilo que todavía no habíamos estudiado los de historia del arte, Cristina nos tuvo que aguantar toda la visita preguntándole que qué estilo era, que de qué siglo era, que qué característica era esa… 

(A ver... que igual sí que soy un poco ansias, y lo de la tranquilidad y la paciencia no es lo mío, pero a qué así llegamos on time a todas las visitas, además al paso de un cincuentón no deberían tener problemas los jovenzuelos...  no??) 

Un par de fotos de grupo en el patio del Palacio
 
Una vez visto todo el palacio salimos y otra vez a paso de Tono nos dirigimos al museo del Prado, camino que hicimos en busca de los nombres de todas las calles y las avenidas por las que pasábamos para ver si encontrábamos las del monopoly. Llegamos al museo y tuvimos que esperar un buen rato porque estaba lleno de otros grupos de estudiantes, pero por fin entramos. Después de llevar todo el día corriendo de un lado a otro nos dolían bastante los pies y las piernas, y conforme iba pasando el rato, íbamos perdiendo seguidores, y al final sólo quedamos unos pocos valientes que estábamos disfrutando como enanos viendo todo lo que habíamos estudiado (bueno, y cierto novio al que le tocó aguantar a la pesada de turno correteando de cuadro en cuadro). 
 
Bueno, por las caras de felicidad se puede adivinar que es de la salida del museo y no de la entrada, verdad??
Salimos del museo, y nos dieron tiempo libre por Gran Vía, donde nos dispersamos y ya (por fin a nuestro ritmo y no al de Tono), nos fuimos a dar vueltas y a cenar hasta las diez que habíamos quedado. 

(falta comentar cómo estaba Madrid, chiquilla, qué de gente, y de coches, y semáforos que tienen y de todo, lo de la capital es para no creérselo, jijii, pero ya sin coñas también pudimos ver una de las manifestaciones más multitudinarias de España por el Día de la mujer, con un ambientazo y un deseo, que ese espíritu se viva todos los días y no para el aniversario solamente, y que en el futuro sea un día para celebrar lo que se consiguió y ya no haya nada que reivindicar)

La puerta del sol vestida para el día de la mujer

Cuando nos volvimos a reunir todos, Tono nos presentó a unos amigos para que nos enseñasen sitios para ir a tomarnos unos vasitos de agua como buenos chicos sanos que somos, ejem ejem, y nos volvimos a recorrer un buen trozo a sprint junto a Tono hasta que por fin encontraron un buen sitio, pero aun así, varios que ya estábamos destrozados, caímos y nos quedamos descansando en el hostal. Los que nos quedamos nos perdimos el espectáculo de Tono en el bar, pero nos compensó entrando a voces en nuestra habitación a las tres de la mañana a hacernos unos buenos trucos de magia, y tras esto y tener que salir media hora después a apagar la música que alguna iluminada había puesto a todo volumen en el pasillo, nos dormimos.

(Cualquiera que me conozca sabe que esas insinuaciones son infundadas, espectáculo?? yo?? hablar alto?? yo???, ay si me hubierais conocido en mis años mozos, cuando todavía molaba, jajaja)
Un grupo de jóvenes zaragozanos sufriendo porque su profesor n les deja irse a dormir

más de esos...

A la mañana siguiente nos despertamos todos llenísimos de energía (nótese la ironía) para afrontar otro día de correr detrás de Tono de un lado para otro, y tras desayunar todo tipo de bollería, zumitos y galletitas, nos fuimos al Parque del Retiro a hacer una gymkana fotográfica que no pudimos terminar por culpa de la lluvia pero en la que nos lo pasamos muy bien. 

Algunos de los componentes del grupo ganador descubriendo rincones del Retiro

Y después otra vez corriendo al museo Reina Sofía, donde vimos el Guernica y muchas otras obras, y donde, como había pasado en el Prado, quedaron atrás muchos de nuestros soldados. 




Al salir fuimos otra vez a Gran Vía, donde nos volvieron a dar tiempo libre y que algunos aprovechamos para pasear (a un ritmo decente y normal), otros para comer, otros para descansar… A las cuatro acudimos al punto de encuentro y fuimos al hostal a recoger las maletas para irnos ya a la estación (a la carrera, como todo el viaje). 
EL centro neurálgico de tdas nuestras citas, igual este viaje debería llmarse viaje a la Gran Vía...

El viaje de vuelta fueron otras cuatro horas, otras tantas películas, otras tantas siestas y otro tanto de picoteo, pero esta vez sin ronquidos. Y finalmente, a las nueve y media pasadas llegamos a Zaragoza y nos despedimos todos de todos para irnos a nuestras casas.
Y nos quedaba otor de los protagonistas del viaje, ..... el________ METRO, un viaje y otro, y otro... hasta desgastarlo

En resumen, el viaje a Madrid fue fantástico, una experiencia genial que estoy segura de que a ninguno de nosotros se nos va a olvidar y que todos repetiríamos, aunque, eso sí, esta vez,
aunque sean un par de días más, a un paso más tranquilo, Tono, por favor te lo pedimos.
¡Muchas gracias!

(Aquí sí que no hay nada que añadir, opino igual, un viaje estupendo, y que nos deja convencidos de que con vosotros se puede ir a cualquier lado, pero vamos que a Salou os vais solicos... :) :)  Hasta la próxima!!! Enjoy it!